Seleccionar página

Por fin lo has conseguido, y aún así sientes un vacío. ¿Cómo puede ser?

Alcanzar un objetivo deseado nos genera una subida en los niveles de bienestar a corto plazo pero no nos da Felicidad.   Pensamos muchas veces que al adquirir lo que tanto queremos,  al pertenecer a un grupo, al tener un mejor estatus conseguiremos la felicidad deseada.  Esto simplemente está colmando los sentidos, pero no al corazón, porque los vacíos del ser no se rellenan con el tener.   

La Felicidad se basa en decisiones que tomamos en el día a día,  y de cómo interpretamos lo que nos pasa y qué hacemos con lo que nos pasa,  dependiendo de la lente que utilicemos ante una situación determinada.  Es decir, dos personas pueden interpretar la misma situación de diferente manera,  ya sea negativo o positivo dependiendo de sus creencias y juicios.  

Hoy en día, algunas personas utilizan las redes sociales para “mostrar”una falsa creencia de lo que realmente es ser feliz publicando viajes, coches nuevos, premios, el mejor cuerpo, etc.. Nos bombardean constantemente con una perfección que no existe en el mundo real,  originando cierta presión social. 

De alguna manera pasar por momentos difíciles nos ayuda a observarnos internamente y conocernos más. Es aconsejable tomarnos unos minutos para evaluar qué estamos pensando,  y cómo nos sentimos con lo que hacemos y con lo que tenemos.  

Asimismo,  el agradecimiento es parte fundamental para apreciar lo que tenemos a nuestro alrededor.  Y si agradecemos diariamente haremos que las cosas buenas se multipliquen en nuestras vidas.   

La Felicidad está en nuestro interior, en reconciliarte con tu pasado, en tener “buena salud y mala memoria” es decir, olvidar los rencores y todo lo que no te deja vivir en paz,  en enfocarte en lo positivo dejando las «rumiaciones» mentales a un lado. Y poniendo voluntad al hacer las cosas que nos hacen sentir bien.