Algunas desde que somos madres cometemos el error de olvidarnos de quién éramos antes de serlo. A mí me pasó!, hasta hace poco sentía culpa, una de las emociones que más se relacionan con la maternidad, culpa por querer pensar también en mí ya que estaba agotada y echaba de menos mis espacios, pero no me ayudaba nada la influencia de la sociedad de “que la madre es el motor de su familia”, la que tiene que “sacrificarse” por sus hijos todo el tiempo.
Pero luego entendí que era más productiva como mamá estar emocionalmente saludable, que estar las 24 horas con mis hijos agotada y pensando en lo que me faltaba por hacer.
Cuando no nos prestamos la debida “atención” sobre lo que estamos sintiendo y pensando, a la larga somatizamos las emociones como la ansiedad, la depresión, el estrés en nuestro cuerpo, perjudicando nuestra salud y proyectando nuestro estado de ánimo en nuestros hij@s.
Sí sientes que has perdido tu identidad que “ya no eres la misma de antes” que “no te encuentras” “que echas de menos tu yo anterior”,
REINVENTATE, crea un nuevo camino, planteate nuevos objetivos, organízate de acuerdo a tus prioridades e importancia, regálate espacios en tu agenda, mira el mundo con otros ojos pero siempre primero pensando en tí, para que luego puedas dar realmente lo mejor de ti a los que te rodean sobre todo a tus hijos.
Ten en claro que “Niños felices son hijos de madres felices”.
Y tú como mamá, ¿Qué estás sintiendo y qué estás necesitando?.