A veces, el mayor acto de valentía es poner límites. Como madre es fácil perderse en las necesidades de los demás, olvidando nuestras propias metas y sueños.
Tenemos que priorizar nuestro bienestar. La era de las mujeres abnegadas y que vivían en segundo plano por y para los demás ha terminado.
Al establecer límites saludables, abres la puerta a oportunidades que te permitirán brillar y crecer.
También podrás cuidar de los tuyos con más calidad, y dejar que te cuiden. En sinergía y equilibrio.
El reto es elegirte y decirte SI, sin sentirte culpable.
Abrazar tu propio crecimiento y bienestar. Priorizar tu desarrollo humano y profesional, diciendo SI a tus sueños en mitad de un mar de demandas externas.
Al poner límites no solamente te empoderas a ti misma, también enseñas a través de ti el valor del respeto y la autorealización.